David Hoyos Arbeláez, un niño que nació el 20 de marzo de 2015, luchó desde sus primeros días de vida contra la adversidad. A los seis días, una meningitis bacteriana lo sumió en una batalla por su supervivencia, generándole una parálisis cerebral, dejándolo hospitalizado por meses y sin muchas esperanzas de vida. Sin embargo, el propósito de Dios, el amor inquebrantable de sus padres y familia, y la dedicación de numerosos especialistas se unieron para darle a David una vida marcada por grandes desafíos, pero también por una profunda felicidad.
A pesar de las dificultades, David irradiaba una luz especial, su sonrisa iluminaba a todo aquel que lo conocía y llenaba de esperanza los corazones de quienes lo rodeaban. Cada día era un nuevo reto, pero también una oportunidad para demostrar su valentía y determinación.
El 2 de enero de 2024, David dejó este mundo, pero su legado perdura en las enseñanzas de amor incondicional, resiliencia y fe que nos dejó. A través de su breve pero significativa vida, nos recordó la importancia de valorar cada momento, de nunca perder la esperanza y de amar sin límites. David, un niño extraordinario que tocó nuestras vidas y nos enseñó el verdadero significado del amor, la fortaleza y la alegría.
Nosotros somos Andrés Julián Hoyos Caicedo y Yuliana Arbeláez Cárdenas, los orgullosos padres de David. Andrés, un ingeniero de sistemas apasionado por la tecnología, mientras que Yuliana es una administradora de empresas dedicada y comprometida. Nuestra historia de amor comenzó en el año 2006, cuando nos conocimos y desde entonces, hemos compartido una vida llena de amor, risas y complicidad.
En el 2012, dimos el siguiente paso en nuestra relación y nos casamos, consolidando nuestro amor con el compromiso de toda la vida delante de Dios. Nuestro mayor regalo llegó en el 2015, cuando David vino al mundo, llenando nuestros corazones de alegría y esperanza.
Sin embargo, la llegada de David también marcó el inicio de un viaje inesperado y desafiante. A los pocos días de su nacimiento, una meningitis bacteriana amenazó su vida, sumergiéndonos en una montaña rusa de emociones y preocupaciones.
A lo largo de los años siguientes, nuestra vida giró en torno a David. Mamá dejó atrás su carrera profesional y con el apoyo absoluto de Papá, nos dedicamos completamente al cuidado y bienestar de nuestro valiente hijo. Aunque enfrentamos momentos difíciles, cada día David nos enseñaba la verdadera fortaleza y el poder del amor incondicional. Descubrimos una fuerza y resiliencia que nunca antes habíamos conocido. Nuestra familia se convirtió en un equipo unido, trabajando incansablemente para brindarle a David las mejores oportunidades y cuidados posibles.
El 2 de enero de 2024, nuestro amado David partió al cielo, dejándonos con un vacío imposible de llenar. Sin embargo, su partida también encendió una nueva chispa en nuestro corazón. El deseo ardiente de honrar su memoria y continuar su legado nos impulsó a buscar formas de ayudar a otras familias que enfrentan situaciones similares.
Nuestro propósito ahora es brindar apoyo, consuelo y esperanza a aquellos que están atravesando momentos difíciles. Queremos ser un faro de luz en medio de la oscuridad, ofreciendo nuestra experiencia, comprensión y amor a quienes más lo necesitan.
A pesar del dolor de su ausencia, estamos determinados a convertir nuestra pérdida en un acto de amor y servicio hacia los demás. Porque aunque David ya no esté físicamente entre nosotros, su espíritu vive en cada acto de bondad que realizamos en su nombre.
David, nos enseñó a amar sin límites ni condiciones, nos transformó como personas y nos enseño que si es posible SER FELIZ.